Que Corea no le meta 2 goles a tu empresa

Que Corea no le meta 2 goles a tu empresa

29/jun/2018

No soy muy futbolera, la verdad. Más bien me gusta poco el fútbol (yo soy de balonmano), pero sí es cierto que el deporte ha sido y será parte fundamental de mi vida (hasta conseguí malvivir de él en mi época de juventud), y sea cual sea la disciplina deportiva, un mundial es un mundial (igual que un europeo o grandes competiciones en las que, gracias a la emocionalidad y energía que tienen, se aprecian multitud de aspectos del ser humano en colectivo). Bueno, el caso es que antes de ayer no vi el partido de Alemania vs Corea del Sur en el que Alemania, vigente campeona del mundo, quedaba sentenciada a volverse a casa ante un rival que tampoco tenía ninguna opción de clasificarse pasara lo que pasara en el partido. Y para la reflexión que voy a hacer hoy en este post, es importante que diga que no vi el partido hasta el momento en que el árbitro determinaba válido el primer gol de Corea, por tanto no puedo analizar cómo jugaron ambos equipos a los largo de los 90 minutos. Pero gracias a ese final del partido sí pude hacer las conexiones entre el deporte y la estrategia empresarial para poder escribir este post.

Os sitúo un poco: 


Se dieron 6 minutos de descuento con el marcador 0-0 y Alemania tenía que ganar el partido para clasificarse. 2 minutos después marca el primer gol del partido Corea (gol que tuvo que ser comprobado por el árbitro, lo que añadió unos minutos más de descuento). Alemania, en una situación desesperada (ahora ya tenía que marcar 2 goles en 4 minutos más o menos), pone en marcha una estrategia de ataque y decide jugar a la superioridad numérica sacando al portero al campo, cosa que le sale rana porque éste pierde el balón y Corea contraataca marcando el segundo, último e histórico gol del partido.


No, no, no dejes de leer, que esto sigue siendo un blog de cultura organizacional, innovación, estrategia, creatividad, transformación…. y no un post deportivo.

Aparte de lo emocionante que son estas cosas siempre, os traigo este caso como metáfora de lo que muchas veces ocurre en las empresas a nivel estratégico. Así, aquí os dejo 2 consideraciones estratégicas que espero que te hagan reflexionar sobre las que tenéis en vuestra empresa:

El mejor ataque es una buena defensa.

Recuerdo a un entrenador que tuve cuando era adolescente, que fue al primero que le oí insistirnos en que el mejor ataque es una buena defensa. Y lo decía por muchos motivos, entre ellos porque existe una cultura, muy respaldada por padres, amigos, espectadores en general, de que el jugador/a exitoso/a es aquel que marca goles, y se cree erróneamente, que es el que hace ganar al equipo. ¿Cuánto crees tú que tus comerciales son los Messi y los Ronaldo de tu empresa y que sin ellos iréis a la quiebra?

Y es que no sólo hay que marcar goles, sino hacer que no te los marquen. Cuando se juega a largo plazo, hay que mantener el equilibrio.

¡OJO! Para mí la "defensa" de una organización no es tener o disponer de mecanismos reactivos, es decir, capaces de reaccionar a los acontecimientos de la vida organizacional y del mercado. Al menos no sólo. Para mí la "defensa" de una organización es un sistema preventivo de acontecimientos que le permita que no les metan un gol, con lo que tiene que estar al día, mantenerse activos y alerta de las tendencias y evolución del sector, la competencia, el mercado, la vida en general… Que una empresa tenga un sistema como este es una empresa capaz de enfocarse en el medio-largo plazo. Una compañía que se centra en los Messi y los Ronaldo sin entrenar su portero, será una compañía oportunista y cortoplacista.

Hay momentos en que toca atacar a toda costa

Aun así, es cierto que hay momentos puntuales en que hay que dejarlo todo y atacar, arriesgarse, darlo todo, sprintar, volcarse al máximo en aumentar las probabilidades de sacar ventaja rápido. Esto es lo que hizo Alemania.

Para los no muy duchos en fútbol y en deportes de equipo y balón, la clave de ellos es lograr encontrar el hueco (espacio sin oponente) por el que avanzar hacia la portería (o canasta) contraria. Si hay igualdad numérica de jugadores en ambos equipos, cada jugador tiene un oponente. Pero en deportes con portero, este puede ser una pieza que desequilibre el emparejamiento. Y a esto jugó Alemania: a la superioridad numérica (ser un jugador atacante más) sacando a zona de ataque a su portero.

Pues bien, hay momentos en las empresas en que la oportunidad la pintan calva, y se presenta la posibilidad, por ejemplo, de conseguir un proyecto de gran facturación que o se consigue ahora o ya no se conseguirá más, o de impulsar el trabajo en un producto o servicio innovador que los usuarios están comenzando incipientemente a demandar y la competencia parece que aún no lo sabe.

Pero ojo (de nuevo ;-)), a mi juicio es importante que en esta estrategia se consideren estas 3 advertencias:

      • Debe tratarse de un momento temporal, caracterizado casi casi por una tesitura de ganar mucho o perder todo. Alemania o marcaba en esos minutos o lo perdía todo. De hecho, lo sonado parece que es que Corea le hizo 2 goles a Alemania (cosa que en los corazoncitos del colectivo alemán habrá dolido un poco), pero en realidad a Alemania le daba igual 2, 0 que 300 goles en contra. Lo que necesitaba era hacer siempre 1 más que Corea, osea ganar. Hasta ese momento, perdido ya lo había perdido todo.
        No me malinterpretéis, creo fervientemente que las empresas tienen que arriesgar, no acoquinarse, ser valientes, especialmente porque para ganar hay que arriesgar algo. Si existe la posibilidad de ganar, siempre existe la posibilidad de perder algo (podéis leer a Xesco Espar y su "Jugando con el Corazón"). Y sobre todo cuando hablamos de innovación. Pero una cosa es asumir riesgos propios del juego empresarial y de innovación (de esto hablé en mi último post "Error del sistema: imposible instalar una cultura de innovación"), y otra es tentar a la suerte una y otra vez y jugar siempre sin portero (por ejemplo, teniendo el 80% de la facturación de la empresa asignada a un solo cliente).
      • Toda la compañía tiene que participar y centrarse en esta estrategia puntual, sobre todo porque va a invertir un ritmo rápido, casi vertiginoso en la organización y van a cambiarse las prioridades de cada área. El éxito de esta estrategia, aparte de lo que en el siguiente punto diré, radica en que no se se puede llevar en solitario y secreto, y toda la organización debe colaborar. Y con esto no digo que todo el mundo se dedique a "meter goles", (aunque si el servicio de limpieza puede conseguir un cliente o puede traer a un partner clave para el éxito de la hazaña, pues bienvenido sea, pero no es su foco), lo que digo es que toda la organización tiene que hacer "push" y colocarse en el campo contrario.
      • Bajo ningún concepto hacerlo "sin cabeza": es decir, sin una mínima meditación sobre las fortalezas y debilidades que se tienen, y cómo sacarles partido para que esa estrategia funcione. Si en esta situación hay una posibilidad de fallar que no sea por no conocerse y no utilizar los recursos que se tienen de manera eficiente. Yo no soy analista deportiva, y mucho menos de fútbol, pero por mi experiencia y por lo que vi, me atrevo a decir que el gran error de Alemania fue colocar al portero en zona de balón. Salvo excepciones, los porteros no son los más diestros de todo un equipo en el control y la conducción de balón, con lo que meter a tu portero en zona de balón como "actor" principal de la jugada, a mi juicio es un error nefasto. Y así sucedió en el segundo gol de Corea: el portero alemán perdió el balón tras un saque de banda, y de ahí el contraataque de Corea (porque recodemos que las defensas alemanas no estaban ya donde tenían que estar, sino en el campo contrario).
        Por tanto, no coloques al personal de limpieza a negociar los contratos clave en este momento de ataque o a ejecutar la fabricación del nuevo producto que vais a lanzar. 

No coloques (o responsabilices) tus recursos en áreas en las que pueden suponer una debilidad para la compañía. Conoce cómo cada recurso puede resultar una verdadera fortaleza y juega desde ahí, arriésgate desde ahí.

¡Ah! y ojo, este "autoconocimiento" de la empresa no es algo que se debe hacer en este momento de "atacar a toda costa" (que no dejan de ser momentos de flaqueza), sino que es algo que se debe hacer de manera continua en la organización.


Todo esto no es que lo diga yo, es que… lo contrasta un mundial.

Como siempre, esperamos vuestros comentarios aquí abajo. 

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