¿Nos dedicamos más a aquello que se nos da bien? ¿Se nos da bien porque nos gusta? Las respuestas no están exentas de un "depende de lo que hablemos", porque ¿cuántas personas están trabajando en algo que no les gusta? ¿y se les da bien? Puede que sí, pero la pregunta en este caso sería ¿se les podría dar mejor?

Cuando hablamos de creatividad, ¿"eres más creativo/a" porque se te da bien o porque te gusta? ¿Y qué es exactamente lo que se te da bien o te gusta: tener muchas ideas? (Mmmm... ¡Ojito con lo de "soy/es muy creativo/a"!, que muchas veces es una expresión vacía de un significado pensado y consciente. Pero bueno, este tema no es el objeto de este post. Ya llegará.)

El caso es que, con toda nuestra experiencia aún no hemos conocido a nadie que no le guste (o le gustaría) "ser más creativo/a", en el sentido de fluir, de generar muchas ideas, de salirse del marco para entrar en muchos otros a escudriñar.

Y es que la creatividad tiene mucho que ver con la pasión o elemento "fuego" (como nos gusta exponerlo en nuestros cursos de creatividad). Se trata de una pasión, una inquietud, un gusto por la tarea en sí misma de generar ideas, más allá de que te guste o no el objetivo creativo en el que se esté trabajando. Es este elemento el que nos permite jugar, romper barreras, no darnos cuenta del tiempo invertido e incluso querer más. Es la parte de nosotros que nos da permiso, permiso a todo eso y más, porque sabemos que vamos a disfrutarlo. Esa pasión es aquél "me gusta" del principio y es independiente del resultado, es decir, de que se "te de bien" (porque éste hace referencia al resultado y no al proceso/tarea). A cualquiera le puede gustar la fotografía y no ser especialmente bueno en ello. No obstante, "es creativo/a".

Hace un tiempo, leí un artículo de Francisco Alcaide Hernández, en el que comentaba algunas de las características básicas que, a su entender, tiene el pensamiento de "los ganadores". Apuntaba que una de ellas es que la pasión es innegociable para ellos, y al respecto comentaba que "si disfrutas con lo que haces, lo harás mejor y el resto te retribuirá. [...] Como dice Donald Trump, personaje incluido en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 8 edic.): «Sin pasión no tienes energía y sin energía no tienes nada. En el mundo nada grande se ha logrado sin pasión»."

Aunque él hable de "ganadores" y yo de creativos/as, no podemos negar que ambos conceptos tienen muchos puntos en común, en especial, que se está más cerca de ganar cuando se tienen ideas para hacerlo. Pero lo que quería resaltar de su comentario es efectivamente ese punto de energía: la pasión es lo que te da energía para iniciar, continuar y hacer efectivo todo el proceso creativo y de innovación. Es lo que nos mueve.

De hecho, Amabile, en su "modelo componencial", incluye este elemento como uno de los factores imprescindibles en la creatividad, sólo que ella lo llama "motivación para la tarea" y lo considera más determinante que los otros dos factores que describe (las "destrezas del campo" o tema que estemos trabajando y las "destrezas para la creatividad"). Así, y por resumir, Amabile dice que la motivación en la tarea marca la diferencia entre lo que una persona puede hacer y lo que hará finalmente, puesto que lo que puede hacer se refiere al resultado exitoso (que se le da bien) y depende de las destrezas del campo y para la creatividad, mientras que lo que finalmente hará depende de la motivación que haya tenido, que será la que determina el alcance con que empleará aquellas habilidades y destrezas que tenga. Dicho en otras palabras, "estar bien dotado no puede compensar la falta de interés [...]" (Manuela Romo, en su "Psicología de la Creatividad", Ed. Paidós, 1997).

Ahora bien, ¿qué pasa si no hay pasión? ¿qué hacemos si nos enfrentamos a un reto creativo y no sentimos esa inquietud? Os invito a que leáis el post "Donde la pasión te lleve", en el que os dejo algunas sugerencias muy prácticas para "buscaros las coquillas creativas".

"Crea porque te gusta el camino de la creación, no sólo por el resultado." (José Vicente Racionero)